lunes, 12 de noviembre de 2007

Ódiame

Ódiame por piedad, yo te lo pido.
Ódiame sin medida ni clemencia.
Odio quiero más que indiferencia,
porque el rencor hiere menos que el olvido.


Si tú me odias quedaré yo convencido
que me amaste mi bien con insistencia.
Pero ten presente de acuedo a la expericiencia
que tan sólo se odia lo querido.

Que vale más, yo humilde y tu orgullosa
o vale más tu débil hermosura,
piensa que en el fondo de la fosa
llevaremos la misma vestidura.

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