martes, 20 de noviembre de 2007

Enséñame tus manos (A. Sanz)


A veces las cosas se tuercen te digo por cierto
y te encuentras frente a ese desierto abierto
con el hielo mudo y el coraje lento.
Tan viejo como el mismo mundo
el cariño y el despecho,
el camino se hace andando, si
pero un desierto es un desierto.


Ya sé por qué le ganó a nuestro labio el silencio,
y es que el reloj no tiene el tiempo
no tiene el miedo.
El caso es que no conseguimos aislarnos del resto de este mundo
donde los humanos, cambian los sueños por aire.


Dame alguna excusa que nos salve
o que nos traguen siete mares
pero no me quites el coraje.


Enséñame tus manos
abre las palmas que las vea y ahora,
dime si aun te queda un poco de esperanza en ellas
.
Enséñame tus manos, esas,
con las que nos acariciamos
y hoy nos hacemos tanto daño,
tanto daño amor.


Tal vez por qué para ti solo soy un cero a la izquierda
y no hay manera de que multiplique mi cariño por tus ganas,
y nos den mas que cero
ya se por qué le ganó a nuestro labio el silencio,
y es que el reloj no tiene el tiempo,
no tiene el miedo, no tiene el fuego...


No te preocupes, que hoy es domingo y Dios descansa
disfrutemos del momento y de este sitio que nos regala.


Dame alguna excusa que nos salve
o
que nos traguen siete mares
pero no mequites el coraje.


Enséñame tus manos
abre las palmas que las vea y ahora,
dime si aun te queda un poco de esperanza en ellas.
Enséñame tus manos, esas, con las que nos acariciamos
y hoy nos hacemos tanto daño.


Enseñame tus manos...
que las mías se han cansado
de intentar coger el mundo
con los puños apretados...
En
séñame tus manos, esas, con las que nos acariciamos
y hoy nos hacemos tanto daño.

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